Había una vez... .. un ciego que iba caminado por un jardín, ayudado de su bastón , sorteando los escollos, cuando de pronto siente un aroma a rosas que lo cautiva. Buscando de donde venía ese perfume, encuentra el rosal y saca una ramita y pregunta:
¿ Eres la rosa?
- No soy una humilde ramita del rosal.
-¿ Y como hueles tanto a rosas ?
- Es que al estar tan cerca de las rosas, me impregno de su perfume.
Pensó entonces el ciego, en verdad es así, tomamos el perfume de aquellos con quien convivimos.
Si estamos con rosas oleremos a rosas.
Si estamos con basura, oleremos a basura.
Si estamos con gente mala, nos volveremos malos.
Si estamos con gente bondadosa seremos más buenos.
Si estamos en relación con Jesús, nunca nos sentiremos solos y aprenderemos de El, tendremos su olor.
2da carta a los Corintios 2: 15 : " Porque para Dios somos olor grato de Cristo en los que se salvan.."
Hasta el próximo cuentito.
¡Muy buena la reflexión!... qué lindo es desprender olor fragante, ese perfume que viene de adentro y que se percibe a la distancia. Fuimos creados para eso, pero sólo lo podremos lograr con la compañía de Jesús, me gustó mucho!, hasta la próxima!
ResponderEliminarMUY BUENA ENSEÑANZA!!!!TOMAMOS EL PERFUME DE AQUELLO CON QUE CONVIVIMOS!!! ESTANDO CERCA DE JESUS LLEVAREMOS SU FRAGANCIA POR DONDE VAYAMOS.
ResponderEliminarYO QUIERO ESO PARA MI VIDA!!!HERMOSO LUCY!!!