martes, 31 de enero de 2012

PALILLOS CHINOS

HABÍA UNA VEZ. . .un sabio chino que visitó el infierno. Allí vió a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida, con toda clase de alimentos apetitosos y sabrosos. A pesar de ello, todos los comensales tenían cara de hambrientos y rostros demacrados. Tenían que comer con palillos muy largos, casi como un remo. Eso era el motivo por el que no podían comer. Por más que estiraban el brazo, nunca conseguían llevárselo a la boca.
Impresionado, el sabio, salió del infierno y subió al cielo. Grande fué su asombro cuando vió que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este lugar, sin embargo, todos tenían semblantes alegres, cara de satisfacción y bienestar.
Y observó que allí, en el cielo, cada cual se preocupaba por alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.


Reflexión:
Qué enseñanza nos deja este cuentito. Es necesario pensar en el otro, para ser beneficiados.
Es una ley espiritual. Cuando yo ayudo a mis semejantes y sirvo al Señor, recibiré la bendición de Dios. No de los hombres.
La Biblia dice en:
Lucas 6:31 
" Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos"
Hasta la próxima y muchas bendiciones. . . 

martes, 24 de enero de 2012

POR UN DOLAR


HABIA UNA VEZ. . . un sacerdote que había sido transladado a la ciudad de Houston . Cuando se bajó del tren, tomó un autobús para ir al centro de la ciudad.
Al sentarse, descubrió que el chofer le había dado un dólar de más en el cambio. Mientras consideraba qué hacer con el dólar, se decía a sí mismo: Olvídalo, es sólo un dólar. De todos modos las compañías de transporte ganan mucho dinero. Acéptalo como un regalo de Dios.
Pero cuando llegó a su parada, pensándolo de nuevo, decidió darle el dólar al conductor.
- Tome, usted me dió un dólar de más.
El conductor sonrió y le respondió :
- Sé que usted es el nuevo sacerdote del pueblo. Había pensado regresar a la iglesia, porque hace ya unos años que dejé de ir, pero antes quería ponerlo a prueba y ver que haría usted si yo le daba cambio de más.
El sacerdote se bajó del autobús, profundamente alterado, pensó: !!Oh Dios, por poco vendo a Tu Hijo por un miserable dólar.!!

Reflexión:
Nuestras vidas, serán la única Biblia que algunos leerán, así que no olvidemos ser ejemplo en todo lo que hagamos. Nuestro testimonio vale mucho más que nuestras palabras.  

1° Timoteo 4:12: " Ninguno tenga en poco tu juventud; sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza "

Hasta pronto, bendiciones. . .