HABÍA UNA VEZ... un día en que Dios creó al Sol y a la Luna. Desde el primer momento, se pelearon por ver quienes de los dos brillaba más. y quien era más importante de los dos. Para terminar con esas inútiles discusiones, Dios les asignó sus misiones en diferentes momento del día. Al Sol le asignó el día y su misión era alumbrar y dar calor, y a la Luna le dió la noche y por ser ésta tan oscura, creó la estrellas para que le ayudaran a iluminar. Las estrellitas estaban felices con su misión, titilando entre ellas y mandando guiños a la tierra.
Mientras, las peleas entre el Sol y la Luna continuaban haciéndose cada vez más agresivas.Las estrellitas ya estaban cansadas, entonces, se reunieron y decidieron enviar a Lucerito ( el que más brilla de las estrellas, pero que no se envanece por ese don) a dialogar con los contrincantes.
-¿ Porqué peleáis ? los dos son hermosos e importantes. Dios les asignó una misión diferente a cada uno.
Lucerito no tuvo éxito, ya que ni el Sol ni la Luna, depusieron sus actitudes.
Muy triste Lucerito, tomó una decisión:
-!!!! Tengo una idea, llamaremos a las nubes !!!
- No entiendo en que podrán ayudarnos, dijo una estrella.
Pero Lucerito partió a encontrarse con las nubes, y las halló muy tristes.
-No tenemos muy en claro, para que hemos sido creadas, no damos luz, ni calor, ni brillamos- se quejó una nube.
-Estamos todas desparramadas, agregó otra.
-Ese es el problema, únanse y queden bien juntas, y producirán lluvia, muy necesaria para la Tierra. Obedecieron y..!!..llovió..!!..felices celebraron que habían encontrada su misión.
-En que podemos ayudarte, Lucerito?
Vengan todas conmigo. Obedientes lo siguieron, y al acercarse se escuchaban los gritos de la eterna discusión.
!!! Vamos !!! Es hora de intervenir. Todas las nubes, gordas, flaquitas, claras, oscuras, se colocaron la mitad delante del Sol y la otra mitad delante de la Luna. Se hizo una oscuridad total, el único brillo que se vió en el cielo, era el de las estrellas.
Los eternos rivales estaban mudos, sus brillos, habían desaparecido.
-¿Han visto que no había nada de que presumir ?, si las nubes se lo proponen, los apocan por completo. Todos y cada uno tenemos una misión que cumplir en la tierra, y ninguna es más importante que la otra.
Ambos avergonzados, detrás de las nubes, entendieron lo que Lucerito les había demostrado y cada uno se fué a ocupar su lugar en paz, y sin molestar al otro. Desde entonces jamás se pelearon.
Las nubes estaban muy felices por poder ayudar, las estrellitas en paz.
Desde entonces reina el orden perfecto en el cielo.
¿ Todavía no encontraste tu misión en la Tierra ? Pídele al Señor que te la revele, y cuando la encuentres, no te fijes si es importante . Es la que EL te dá. Haz lo mejor que puedas con ella.!! Éxitos!!que si no la tienes, la encuentres pronto.
Te espero en el próximo cuentito.