HABÍA UNA VEZ. . . un niño llamado Miguel, que entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando . Muy molesto le dijo a su padre: -! Papa ! Tengo mucha rabia, Pedrito me humilló delante de mis compañeros en una forma infame.! !Tengo ganas de matarlo! Le deseo todo el mal del mundo. Ojalá se enferme y no pueda ir más a la escuela! Su padre, un hombre sencillo, pero sabio, escuchaba pacientemente que su hijo descargara todo su odio. Se dirigió a una esquina del garaje de la casa y tomó una bolsa de carbón. La llevó al jardín y propuso a Miguel: -¿ Ves esa camisa blanca que está en el tendedero ? Hazte la idea que es Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa, es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en la bolsa, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver cómo quedó. El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones sobre la camisa. No fueron muchos lo que dieron en el blanco. Cuando el padre regresó, le preguntó: - Hijo ¿ como te sientes ?. -Cansado, pero alegre. Acerté algunos carbones a la camisa - Ven conmigo que quiero enseñarte algo- dijo el padre. Lo colocó frente a un espejo de cuerpo entero. !! Que susto !!! Estaba todo negro. No se reconocía. - Hijo como pudiste ver la camisa quedó un poco sucia, pero no es comparable a lo sucio que estás tú . El mal que deseamos a otros, se nos devuelve y multiplicado. La suciedad siempre queda en nosotros mismos Ten mucho cuidado con tus pensamientos, porque ellos se transformarán en palabras. Ten mucho cuidado con tus palabras, porque ellas se transformarán en acciones. Ten mucho cuidado con tus acciones, porque ellas se transformarán en hábitos, Ten mucho cuidado con tus hábitos, porque ellos moldearán tu carácter. Y ten mucho cuidado con tu carácter, porque de él dependerá tu destino.
Dijo Jesús : " Y como queréis que hagan los hombres con vosotros,así también haced vosotros con ellos " Lucas 6:31
HABÍA UNA VEZ ...... una distinguida señora que acostumbraba ir a una tienda de antiguedades en busca de algo precioso y raro. Un día, le llamó la atención una delicada taza. Nunca había visto algo tan fino y bello. La tomó entre sus manos, y entonces sintió una voz que provenía de la taza y le decía: -!! Usted no entiende!! No siempre he sido esta hermosa taza. Era sólo un montón de barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos, me golpeó y amoldó cariñosamente. Le grite: !! Por favor, déjame en paz!! Pero me sonrió y me dijo: "aguanta un poco mas, todavía no es tiempo". - Después me puso en un horno. Nunca había sentido tanto calor. Me pregunté si mi creador querría quemarme. Si me había abandonado. Pero me sonrió y me dijo: " aguanta un poco más, todavía no es tiempo". Al fin me sacó y me puso en una repisa para que me enfriara. !!! Así estoy mucho mejor!!! pensé. Pero no duró mucho mi alegría. Apenas me había refrescado , ya me estaba cepillando y pintando. !!! No aguanto el olor a la pintura, me asfixio, me mareo, por favor basta ya !!! Pero me dijo: " aguanta un poco más, todavía no es tiempo". Al fin dejó de pintarme , pero otra vez me metió en un horno. Era mucho más caliente que el anterior. !! Estaba segura que me quemaría!! Le imploré, grité, llore', pero mi creador me miraba y decía: " aguanta un poco más, todavía no es tiempo". Me dí cuanta que no tenía esperanza, pensé que nunca podría sobrevivir a ese horno. mis fuerzas me abandonaban... pero justo en ese momento mi creador abre la puerta del horno, me toma con amor en sus manos y me coloca en una repisa para que me refrescara. !! Que alivio!! - Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dió un espejo y me dijo: - Mírate, ésta eres tu . !!No lo podía creer.!! Era esta hermosa taza que estás admirando. Mi creador me dijo: - Yo sé que te dolió el ser golpeada y amoldada en mis manos, pero si te hubiera dejado, te hubieras secado. También sé lo que sufriste en el primer horno, pero de no haber estado allí, te hubieras quebrado. Los gases de la pintura te fueron muy molestos, pero sino hoy no tendrías color. Y si no te hubiera puesto en el segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque la dureza no hubiera sido lo suficiente. Ahora eres un producto terminado. !! Eres lo que tenía en mente cuando te comencé a formar!!!
¿ Alguna semejanza con nosotros? ¿ Te sientes identificado? Tal vez este cuento nos ayude a comprender lo mucho que Dios nos ama y a aceptar que El como fiel alfarero, trabaje con nosotros para que su plan perfecto se cumpla en nuestra vida.