domingo, 22 de mayo de 2011

DAR DE CORAZON

HABÍA NA VEZ.... un pordiosero que estaba tendido en la calle, pidiendo limosna.
De pronto, vé venir a el Rey, con su corona y su capa, acompañado  de un pequeño séquito.
Le voy a pedir algo, de seguro que me dará bastante- pensó el mendigo. Cuando pasó cerca suyo, le dijo:
-Su majestad, ¿ me podría por favor regalar una moneda?.Aunque en su interior pensaba que el Rey le daría mucho más.
El Rey lo miró fijamente, y le dijo:
-¿ Porque  no me das tú algo ? ¿ Acaso no soy yo tu Rey ? 
El mendigo quedó anonadado , sin saber qué responder.
- Pero majestad... yo no tengo nada.
- Algo debes tener... ! busca! dijo el Rey.
Entre su asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y cinco granos de arroz. Pensó que la naranja o el pan eran demasiado, así que en medio de su enojo tomó los 5 granos de arroz y se los dió al Rey.-
- ! Ves como tenías !, dijo complacido el Rey y le dió 5 monedas de oro. Una por cada grano de arroz. 
- Su majestad.. creo que acá tengo más cosas, dijo el mendigo. Pero el Rey no hizo caso y dijo:
- Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo dar yo- replicó el Rey.
Es fácil deducir que en este relato, el Rey representa a Dios y el mendigo, somos nosotros. Vemos cómo el mendigo, aún en su pobreza es egoísta y no responde generosamente cuando el Rey se lo pide.
A veces, Dios nos pide que le demos algo para demostrarle que El es lo más importante en nuestras vidas. Muchas veces nos pide ser humildes, otras ser sinceros, honestos, dedicados a ayudar a los demás, a no ser mentirosos. Pero nos negamos darle a Dios lo que nos pide, pues creemos que no recibiremos nada a cambio, sin pensar que Dios devuelve el 1.000 % y nunca queda deudor.


 Corintios 9:7 dice: " Cada uno dé como propuso en su corazón :
no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre"
 Chau, hasta la próxima .

domingo, 15 de mayo de 2011

EL CANASTO DE CARBON

Había una vez... una anciano y su joven nieto que vivían felices en una apartada granja. 
Cada mañana, el abuelo se sentaba temprano a la mesa de la cocina a leer su vieja y estropeada Biblia. Su nieto que lo admiraba y quería ser como él, le dijo :
- Abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta, pero no la entiendo.
El abuelo, calladamente, dejó de echar carbón en la estufa y dijo:
- Toma el canasto de carbón y anda al río y tráeme un canasto de agua.
El muchacho obedeció, aunque todo el agua la perdió antes de llegar a la casa.
- Tendrás que moverte más rápidamente la próxima vez, dijo el abuelo.
Aunque el muchacho corrió , por supuesto, no logró llevar agua en el canasto.
-!! Abuelo es imposible. !! ¿ No quieres un balde ?
- No,  quiero un canasto, tú no te estás esforzando lo suficiente.
A estas alturas, el joven, sabía  que jamás lograría traer agua en un canasto.
- Mira, abuelo es inútil, dijo el nieto, sin poder casi respirar.
-¿ Porqué piensas que es inútil ? Mira adentro del canasto.
-!! Está limpio!! No es más el canasto carbonero sucio.
- Hijo- ésto es lo que pasa cuando lees la Biblia. Tal vez no puedas entender y recordar todo, pero cuando la lees, cambia tu interior.
Esa es la obra de Dios, a través del Espíritu Santo, en nuestras vidas. Para cambiarnos desde adentro y lentamente transformarnos.


Hebreos 4:12 dice:
" Porque la palabra de Dios, es viva y eficaz , y más cortante que espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón "